Rumbos: El dibujo fotográfico
Logro mi mensaje figurativo mediante la fotografía utilizada de manera tradicional, empleando cámara analógica o digital. Para la abstracción, la dejo de lado. En ocasiones, la abstracción que se pretende obtener no son más que imágenes de cosas ya existentes, tales como texturas en superficies, porciones de objetos o sujetos y detalles arquitectónicos, además de juegos cromáticos ilusorios.
Esa visión no me satisface. Por lo tanto, para alcanzar mi concepto de abstracción necesito independizarme de todo instrumento. Esto lo hago trabajando con procedimientos fotográficos en los que prescindo de cámaras o ampliadoras, recurriendo solamente a película o papel fotográfico y productos químicos.
Cuando quiero crear una abstracción que como la propia palabra lo indica,
implica una separación de lo que percibo como real, el desvío que lleva hacia otros mares que no conozco. Para llegar, o mejor dicho para apenas adentrarse en ellos, no quiero artefactos, ni siquiera brújula, catalejo o timón. Allí sólo accedo a nado: es el cuerpo, son mis manos, y el ritmo de mi respiración. Entrar y salir de una nueva superficie, en un medio que no me es familiar.
¿Cuál es mi rumbo, mi dirección? No lo sé. Quizás sea la tierra que percibo borrosa en la distancia. O quizás el destino sólo siga siendo el mar, el mismo mar del que provengo, pero agitado por otros vientos.
La abstracción en la pintura hace visible lo invisible, con el recurso de la mirada puesta hacia el interior. Mi aproximación a esta técnica es que lo imaginario fluya sin el obstáculo del pensamiento deductivo, ese que la mayoría de las veces es mi aliado en otras modalidades expresivas, cuando encuentro ventajoso analizar, corregir, rehacer.
Para lo que podría llamarse dibujo fotográfico (trazos con luz, químicos, y materiales sensibles), mi método es otro: descubrimiento, experimentación, libertad, el sentido de lo espacial llevado a dos dimensiones, la forma por la forma misma, intuición, inventiva, espontaneidad, composición, con armonía o sin ella.
Hacer irreconocible lo no-conocido.
Acerca de «Cartografías de un marino en tierra»
Este barco ha estado navegando por más de tres décadas, y hoy, (abril de 2020), es la primera vez que este marinero solitario y distraído decide dejar registros, algunos retrospectivos y otros recientes.
Relatos caóticos, absurdos, de aquí, de allá, o de ninguna parte… Y también breves descripciones de sus navegaciones imaginarias.
Lector, piensa en el cuaderno de bitácora escrito por el capitán del Holandés Errante: notas fantasmales, detalles fugaces, palabras e imágenes para ser leídas y vistas por espíritus vagabundos, o quizás por… ti?
Bienvenidos a bordo!
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